Me gustaría empezar este tema desde un punto de vista psico-socio-cultural. No sabría aclarar de qué porcentaje hay más: La parte psicológica: estar siempre conectado con tus amigos. De esta forma ya nunca más estarás solo. Todo lo que piensas lo puedes compartir. Es como tener la tele puesta todo el día para que nos haga compañía, para no aburrirnos…¿adicción, quizás?. La parte social: intercambio de ideas, proyectos. Es “casi” como estar siempre reunido con tus amigos “físicamente”. La parte cultural: Es lo que toca. Es excluyente. Es cultura de comunicación en todas las áreas. La información e ideas generadas por un individuo se esparcen más rápidamente.
Ahora viene lo de la “Minería ” sin ensuciarse:
Toda la información en apariencia inadvertida en las redes sociales no cae en saco roto. Proliferan empresas que explotan y revenden cada detalle. Es la minería de la era digital.
Existen empresas que se nutren de tuits y facebook para poder vender información que puede llegar a alcanzar los 30.000€ mensuales por suscripciones a terceros.
Que datos tan….¿increíbles? La minería tradicional se va al garete. Dejaremos de ver caras sucias de mineros asturianos y otras tierras, saliendo de sus galerías pero, nunca veremos las caras a los que manejan y comercian con la información de todos los que pasan horas y horas con “smartphones” en sus manos, ingenuamente comentando cuales son sus ideas, gustos, aficiones, planes, y largísimo etcétera, sin saber que existen algoritmos que están rastreando todo lo que puede ser de útil interés para empresas “de minería digital” que van a vender hasta el último polvo de carbón que tenga que ver con la privacidad de 1.500 millones de “feisbukeros y tuiteadores” amén de los “tuentiañeros” u otros.
Existen empresas y personas que, haciendo estudios de mercado suelen dar cifras aproximadas, por ejemplo, de la recaudación en taquilla el primer fin de semana que se proyecta una película. Pues bien, los datos de recaudación a partir de algoritmos rastreadores en las redes sociales, son incluso más fiables y casi científicos que los estudios convencionales.
Hurgando en los mensajes que se dejan en las redes sociales se pueden medir los vaivenes de la bolsa, la propagación de enfermedades, la opinión sobre un producto nuevo. Todo lo que se comenta en un tuit, tiene un valor incalculable cuando se compara con otro millón de usuarios. Existen empresas que compran a twuitter la mitad de los 350 millones de mensajes que diariamente se emiten en la red y esto se hace dándose cierta prisa antes que desaparezcan (10 días aprox.).
Todo esto, ¿es bueno, malo, es ético, es legal, se puede hacer algo al respecto?. Bueno todo depende de lo que valoremos nuestra intimidad. Lo que sí es cierto es que cuando te das de alta en las redes, aceptas todo un sin fin de cláusulas in leíbles haciendo “Click”, porque lo que de verdad quieres es empezar a tuitear o feisbukar cuanto antes con tus amigos y seguidores y, en ese preciso instante (o al sacar las estadísticas de alta de ese día) alguien más se pone muy contento “por la pasta que va a seguir ganando a costa de toda la información que vamos a volcar en esa algo tan moderno, útil, actual, imprescindible, prescindible llamado “Redes que no ensucian”
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