LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA AL SERVICIO DE LA VERDAD

El lenguaje confunde y engaña. Sirvan de ejemplo los políticos, bankieros, etc. de todo esto, saben un “rato”. Han aprendido como nadie a utilizar las palabras correctas y adecuadas, acompañadas con gestos y tonos de voces muy convincentes, cuando en realidad en su “subconsciente” y en su conciencia dirían  todo lo contrario.

Dicho esto, ¿qué deberíamos de saber/aprender, el resto de los mortales para que cuando estemos escuchando a un político ó banquero decir o referirse a algo (promesas, cuentas y balances que no son ciertos pero que no interesa decir la verdad, etc.), sepamos lo que verdaderamente están diciendo?

¿Se podría desarrollar algún tipo de tecnología que nos permitiera averiguar que lo que se nos está diciendo es cierto? Aunque suene a chiste, ¿se le podría conectar al político algo así como una maquina de la verdad conectada a una gran sirena de forma que, cuando dijera alguna mentira ésta sonara como la "sirena y campana del don Cicuta del un, dos, tres"? ¿Existe ya tecnología para esto? Bueno ya existen psicólogos y neuro lingüistas que son capaces de fijarse en las manos, ojos, sudores, tonos de voz, etc. de la persona que habla y pueden sacar muchas conclusiones sobre si lo que se ha dicho es más ó menos cierto. Claro, los políticos ensayan y ensayan, les asesoran, les corrigen, como si estuvieran rodando una película. Como si fueran los protagonistas principales. Los banqueros y otras autoridades monetarias, también hacen lo mismo. Han de transmitir tranquilidad, confianza, seriedad (trajes siempre azules ó grises), pero en el fondo no hacen bien su trabajo, compadrean unos con otros: hoy tu, mañana yo.

PROPONGO: que científicos, universidades, desarrolladores de software/hardware saquen “esta maquinita anti-mentiras” (aunque Chicho Ibáñez se lleve algo de los derechos) y que obligatoriamente todo político ó banquero con responsabilidades públicas ó que representen a sus accioncitas, obligatoriamente les sea conectada cuando hablan públicamente y se dirigen a los que les han votado ó comprado las acciones de sus bancos.

FINAL DE LA HISTORIA: “No hubo candidatos a las próximas elecciones”